En el Imperio romano la estética constituyó una auténtica obsesión. Tanto para hombres y mujeres atesoraban fórmula de cosméticos, se maquillaban, peinaban y depilaban por igual. Baños y masajes, vestidos y peinados o el cuidado del cuerpo no eran exclusivos del sexo femenino, sino que todos los romanos querían embellecerse y cuidarse. Pero, contrariamente a Grecia, no existía un único ideal de belleza, ya que las sucesivas conquistas del Imperio romano recogieron influencias dispares de los pueblos dominados.
LOS BAÑOS PUBLICOS Y MASAJES
En Egipto y en Grecia se inició la costumbre de tener esclavas dedicadas exclusivamente al cultivo de la belleza de sus amos. Esta costumbre se acentuó en la época romana y las esclavas se especializaron en temas concretos: baños, maquillaje, tocados, etc.
La popularidad del baño llegó al extremo de edificar, en Roma, los conocidos baños de Caracalla, con capacidad para 1.600 bañistas o los aun mayores baños termales de Diocleciano que podían acoger simultáneamente a 3.000 bañistas. Solo en el siglo IV había en Roma 900 establecimientos de baños termales.
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baños romanos |
EL MAQUILLAJE DE LAS ROMANAS
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pigmento de albayalde |
La mujer de la epoca dedicaba largas horas a su cuidado personal para estos menesteres se apoyaban de sus esclavas que eran las que realizaban peluqueria, maquillaje, masajes, entre otros menesteres relativos a estos temas.
El maquillaje para el rostro se mezclaba en pequeños platillos, utilizando a veces la lanolina de la lana de oveja sin desengrasar. La piel se llevaba blanca (como signo de apasionamiento) , utilizando para ello una mezcla a base de yeso, harina de habas, tiza y albayalde (carbonato clásico de plomo), al final los resultados que se obtenían eran los contrarios, ya que esta mezcla oscurecía el rostro, Ademas cabe destacar que los pómulos tambien se coloreaban en tonos rojos vivos.
LOS LABIALES
El carmín para los labios se obtenía del ocre procedente de un tipo de liquen denominado ficus, o bien de moluscos, estos siempre se coloreaban en tonos rojos vivos.
EL DELINEADOR
El perfilador de ojos se conseguía a partir del hollín o de un polvo hecho de antimonio: este último también se utilizaba para engrosar las cejas para la sombra de ojos era imprescindible la ceniza, también utilizaban el khöl, maquillándolos en negro y azul. Las cejas se perfilaban sin alargarlas y se depilaban con pinzas. Las romanas consideraban bello que las cejas estuvieran unidas sobre su nariz, para conseguir tal efecto utilizan una mezcla de huevos de hormiga machacados con moscas secas, también lo utilizaban como máscara de pestañas.
DEPILACION
El vello del cuerpo lo llevaban rasurado totalmente, el romano comun solo se acostaba con mujeres a las que previamente había depilado en su totalidad. Había varios métodos para quitar el vello. Por ejemplo, se utilizaba una especie de cataplasma llamada DROPAX, compuesta de varias ceras resinosas; también se empleaban las pinzas (forcipes aduncae), pero era un procedimiento muy doloroso. Algunos hombres también se depilaban todo el cuerpo.
MASCARILLAS Y TRAMIENTOS DE BELLEZA
Las romanas utilizaban mascarillas de belleza contra las manchas, añadían hinojo a la mirra perfumada (cinco escrúpulos de hinojo por nueve de mirra) y un puñado de pétalos secos de rosa, e incienso macho junto con sal gema, se viertia encima de jugo de cebada, y que el incienso y la sal pesaran tanto como las rosas.
Para aclarar la piel de la cara con raíces de melón secado al aire, hervidas en agua y machacadas, y aplicadas como una cataplasma, también con el fin del blanqueamiento ingerían gran cantidad de cominos.
Popea (esposa de Nerón) en todos sus viajes se hacía seguir por un rebaño de trescientas burras, que cada mañana eran ordeñadas y así podía llenar su bañera de plata para su hidratante baño matutino. Ella inventó la mascarilla, que hacía con una mezcla de pasta y leche de burra denominada TECTORIUM, que aplicaba antes de acostarse y se la dejaba puesta durante toda la noche. Para las arrugas utilizaban una mascarilla compuesta de arroz y harina de haba.
LAS TEMIBLES ARRUGAS
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peinados roman |
Contra las arrugas hervian el astrágalo de una ternera blanca durante cuarenta días y cuarenta noches, hasta que se transformaba en gelatina y después se aplicaba con un paño. Para alisar la piel, utilizaban una base de nabo silvestre y harina de yero (planta leguminosa parecida a la lenteja), cebada trigo y altramuz.
PERFUMES
Las señoras que se perfumaban hacían llenar la boca de sus esclavas de perfume y estas lo pulverizaba sobre sus amas. Las cremas, perfumes y ungüentos que se vendían en pequeños vasos de cerámica, pomos de cristal o pequeños recipientes de alabastro.
PASTAS DENTALES
Para conseguir unos dientes blancos nada mejor que el vinagre, otros metodos utilizados como dentífrico era usar orines, y los más cotizados eran los de Hispania, se envasaban en ánforas, se precintaban y se distribuían por el Imperio.
UTENSILIOS IMPRESINDIBLES PARA LA ROMANA
El espejo era una necesidad básica. Se hacían de láminas de metal muy bruñidas y a menudo tenían el reverso profusamente decorado.
TINTES DE PELO
Un ejemplo de ello lo constituye la "locura" de las romanas por ser rubias. Sucedió a la vuelta de la conquista por Julio César de los territorios germánicos. Los esclavos que con él trajo, sorprendieron por el color de su cabello y de su cutis. Con gran velocidad circularon por Roma fórmulas y ungüentos para cambiar el color, generalmente moreno de piel y el cabello de las romanas.
Sobresalen las romanas por el especial cuidado que dedicaban a los tocados. Sofisticados y barrocos hasta lo increíble, se hacían con materiales considerados preciosos. Perlas, telas, flores, mallas bordadas, eran manipuladas hasta conseguir el tocado más refinado.
fuentes bibliograficas diversas